Despide el exceso

El té negro tiene el grado de oxidación más alto de todos los tés y se produce con dos variedades distintas de la misma planta: la camellia sinensis sinensis, de hoja pequeña, originaria de China, y la camellia sinensis assámica, con hojas largas, originaria de Assam, India. Su elaboración tradicional sigue estrictamente el proceso ortodoxo, y se realiza en un solo día, oxidando por completo las hojas para conseguir un alto contenido de cafeína.

Aunque su origen es en las provincias de Fujian, Yunnan, Anhui y Hunan en China, el té negro también se produce en India y en Sri Lanka, en diferentes épocas del año. Los cultivos al norte de India, por ejemplo, se cosechan tres veces al año para producir los tés Darjeeling, Assam y Sikkim, mientras que el particular patrón de lluvias de Sri Lanka limita la cosecha a una sola estación en la que se trabaja ininterrumpidamente 24 horas al día.

La infusión de este té es marrón oscuro o rojo intenso, de sabores fuertes y, en algunos casos, astringentes. Por ser el té con niveles de oxidación más altos, es el que mayor cantidad de cafeína aporta. El té negro ayuda a regular el nivel de azúcar en la sangre pero sobre todo, beneficia al sistema circulatorio, reduciendo los niveles de colesterol en la sangre y previniendo enfermedades cardiovasculares.