Impone la fuerza

El mate es una infusión proveniente de Sudamérica, consumida en Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, además de en algunos países del lejano Oriente. En los siglos XVII y XVIII se conocía como el té de los jesuitas pues fueron ellos quienes popularizaron su consumo imitando las costumbres del té. En un principio los artesanos cortaban las hojas y tallos del Ilex paraguaiensis, las dejaban secar y las molían, haciendo resaltar sus efectos estimulantes. El resultado era una bebida rica en cafeína que no causaba ningún tipo de adicción ni afectaba el sistema nervioso.

Como una práctica heredada de las antiguas tribus sudamericanas, el mate, a diferencia del té o el café, se toma de una forma muy particular: la yerba molida se coloca en un recipiente de calabaza o madera al que poco a poco se le vierte agua caliente para ser succionada a través de una bombilla, una especie de popote metálico con un filtro en la parte inferior. La gente se reúne a tomar mate y es el cebador o encargado de verter el agua, quien comparte la bebida para ser disfrutada, uno a uno, por todos los participantes.